“Solo se valora lo que se conoce y solo se protege lo que se valora”
Justificación del proyecto huerto escolar. De nada sirve aprender sobre las plantas, sobre los insectos o memorizar cualquier otro conocimiento, si no se reconoce el valor de lo aprendido para el futuro de quien lo aprende.
El contacto directo con el huerto aportará a los alumnos una serie de vivencias que les harán reconocer y comprender la importancia de respetar la biodiversidad que los rodea, la tierra en la que crecen las hortalizas, el agua con la que regamos los cultivos e incluso el sol que los ilumina, pues todo está conectado en el ciclo de la vida de nuestras plantas.
Este proyecto del huerto escolar utiliza el huerto como herramienta educativa y como hilo conductor para el desarrollo de todas las competencias fundamentales, en la etapa de educación infantil (3 a 6 años)
A lo largo de los cursos académicos, por los que pasan los alumnos, se irán descubriendo y asentando distintos conocimientos sobre las plantas:
Uno de los objetivos prioritarios de este proyecto es que los alumnos conozcan, a través de sus vivencias y experiencias en el huerto, cómo afectan, de manera negativa a nuestro planeta, aquellos actos que realizamos inconscientemente.
Así, retomamos la frase de inicio: “Solo se valora lo que se conoce y solo se conoce lo que se valora”
En 1970 la UNESCO exponía: “La educación ambiental es el proceso de reconocer valores y clarificar conceptos, con el objeto de desarrollar habilidades y actitudes necesarias para comprender y apreciar las interrelaciones entre el hombre, su cultura y sus entornos biofísicos. La educación ambiental incluye, también, la práctica en la toma de decisiones y la auto formulación de un código de conducta sobre los problemas que se relacionan con la calidad ambiental”. (IUCN, 1970, Conferencia de Nevada de la UNESCO).
Enseñar a nuestros alumnos ese código de conducta, significará mejorar la calidad ambiental de nuestro planeta y aportará unos valores éticos y sociales que los acompañarán toda la vida.
“Trabajar duro te llevará a la cima, disfrutar del camino te llevará más lejos”
Si queremos que los alumnos aprendan del mejor modo posible, debemos ser capaces de sorprenderlos y crear interés en aquello que les contamos, despertando su curiosidad y el placer por aprender. Con este proyecto, queremos crear un ambiente perfecto para que los niños y niñas descubran el “placer de aprender”.
El proyecto planteado incluye todo lo necesario para trabajar con los alumnos en el huerto y en el aula, fomentando, con cada actividad propuesta, un aprendizaje basado en vivencias, en la observación y en la comprensión de nuevos conocimientos.
Todo nuevo conocimiento adquirido en el huerto, o en el aula, se utilizará para desarrollar las competencias fundamentales que han de adquirir los alumnos de la etapa de Educación Infantil, como la lectoescritura y el reconocimiento de los números, entre muchas otras.
Para alcanzar estos objetivos, hemos creado un proyecto individual para cada curso de Educación Infantil, donde se trabajarán contenidos y objetivos propios de la edad de los alumnos. Cada proyecto incluirá los temas a trabajar, las actividades, y los materiales para el aula.
Los/las docentes dispondrán de un bloque específico de formación. Esta formación será fundamental para el desarrollo del proyecto y se compone de dos temas fundamentales, cultivos y alimentación. Este bloque será fundamental para transformar a los/las docentes en guías del aprendizaje de sus alumnos.
Los/las docentes y el/la responsable del huerto dispondrán de toda la información necesaria para crear un huerto escolar, un cuadro de cultivos y varios cuadros que forman parte de la formación docente, pero que serán de gran ayuda a los/las responsables del huerto para mejorar los cuidados de este.
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